Experiencias gastronómicas La Habana: Disfrute del colorido encanto de la capital de Cuba.

Cadillacs de colores brillantes, edificios coloniales pintorescos, los ritmos de la rumba, el jazz y el cha cha cha – todos decoran la cautivadora ciudad de La Habana. La capital de Cuba rebosa de una arquitectura impresionante y de experiencias culturales únicas. El tiempo vuela aquí, y pueden pasar días enteros paseando por los sinuosos callejones de la Habana Vieja, disfrutando de edificios barrocos como la impresionante Catedral de San Cristóbal, y viendo de primera mano cómo se hace la exportación de la firma cubana en una fábrica local de cigarros. Con tanto que ver y hacer, sin duda se le abrirá el apetito, y no hay mejor lugar para hacerlo que la capital a la vanguardia de la cocina cubana.

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La clave de la comida cubana siempre ha sido la simplicidad. A diferencia de algunos de los países vecinos, la gente de La Habana rara vez usa chile y otras especias en su cocina. En cambio, el cerdo asado, el pollo, los mariscos y el plátano frito suelen servirse con una variedad de frijoles, verduras y arroz. Aunque no sea lo que se espera de una nación del Caribe, la frescura de los productos de La Habana compensa con creces la falta de picante, y los platos de aquí son lo suficientemente sabrosos sin necesidad de una abundancia de hierbas y especias.

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Aventúrese un poco más lejos de las atracciones turísticas y llegará a vibrantes restaurantes donde podrá sentarse y relajarse con música en vivo, cocina fresca e incluso un poco de baile folclórico. Algunos de los alimentos más sabrosos se pueden encontrar en los restaurantes caseros conocidos como paladeres, y los prósperos mercados de alimentos ofrecen fantásticas oportunidades para que los comensales mezclen la cultura con la curiosidad culinaria.

Los sándwiches cubanos, conocidos por los locales como cubanos, son un gran negocio en La Habana. Llenos hasta el borde de jamón o cerdo asado, con queso y encurtidos, estos alimentos básicos de la hora del almuerzo ocupan un lugar especial en la tradición cubana por razones que se conocerán rápidamente después de un bocado o dos.

Originados en los días de la colonia española, otro firme favorito es la ropa vieja, un plato que ha sido adoptado por la ciudad. Es un rico guiso de carne de vaca que combina cebollas y pimientos, servido con arroz esponjoso. Aparece en muchos menús de La Habana y se ha convertido en el plato nacional de Cuba.

Para algo dulce, La Habana tiene todas las cajas correctas. Lo primero son los churros. Los carritos callejeros envían el tentador olor de estas rosquillas frescas a través de las plazas históricas, y cualquier cosa servida con una salsa de chocolate cremoso es difícil de resistir para la mayoría de los comensales. Una alternativa de postre clásica es Torticas de Moron, un delicioso y dulce pan de manteca hecho generalmente con guayaba.

Una vez que una ciudad se quedó atascada en sus días de gloria de los años 50, está claro que La Habana ahora avanza sin dejar de lado su distintivo encanto colonial. La comida aquí es diversa, con influencias internacionales combinadas con el sabor de la auténtica cocina cubana y sus técnicas.


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