Chefchaouen: a los pies del Rif.
Chefchaouen se encuentra a 4 horas de Fez, enclavado entre las montañas del Rif. Según me comentan aquí, y debe ser dicho común, ya que lo he oído salir de varias bocas; capital mundial de la lana, el hachís, el agua fría y la tranquilidad. De la lana, puedo diferir, de todas formas, es importante su artesanía sobre telares, antes trabajaban la seda y ahora la lana; del hachís, algo habrá, porque estoy harto de decir que no fumo; del agua fría, no se, lo que es en verano, hace bastante calor; y de la tranquilidad, eso debió ser hace unos cuantos años, porque ahora la ciudad está llena de gente. Es verdad que ha coincidido estos días con un festival de música internacional, que tiene lugar todos los años en julio; el Alegría Chambia. Pero lo que es tranquila, seguro que lo fue.
Los colores de Chefchaouen son el blanco y el azul, en diferentes tonos, llegando al azul intenso en las bocacalles que terminan en la puerta del hogar. Son estos los colores que le dan personalidad a su merina y la diferencian de las del resto de Marruecos. Chefchaouen creció con la llegada de musulmanes y judíos expulsados de Granada. Este hecho es el que explica la influencia Andalusí de toda la medina; casas encaladas, diminutos balcones, tejas, patios…
Cae el sol sobre el horizonte. Los últimos rayos iluminan la Kasba –fortificación donde vivía la familia del gobernante y su guardia- de Chefchaouen. Conforme desaparece la luz sobre la plaza Uta el-Hammam, se pone fin a otro día.
Mañana Tetuán.
Post correspondiente a la serie «Marrakesh, la costa y rumbo al norte«
1. Primer día en Marrakesh
2. Hacia la costa: Essaouira
3. Callejeando por Fez
4. Chefchaouen: a los pies del Rif
5. Tetuán: entre las montañas del Rif y el mar
6. Tanger: fin del viaje