Qué ver en Cinco Villas: un viaje entre fortalezas, románico y juderías
Te invito a un viaje, que puedes hacer en un fin de semana —o mejor en un puente largo— a que te calces la armadura y te subas al “caballo” para recorrer este territorio fronterizo de caballeros y reyes, de guerreros y juglares, a que visites los muchos castillos, iglesias y palacios, disfrutes de su gastronomía y sobre todo a que respires el aire medieval que aún corre entre las calles de sus pueblos. Recuerdo la primera vez que visité la zona; caímos en las Cinco Villas simplemente porque era de los pocos lugares cercanos con alojamiento libre en plena Semana Santa, y eso si, le habíamos echado el ojo a una ruta de senderismo que habíamos descubierto en Youtube —la Ruta de las Fuentes—. Uncastillo me dejó enamorado, a la vez que me preguntaba cómo cada pueblito de la zona como mínimo tenía un castillo o alta torre, y yo no había oído hablar de las Cinco Villas.
La comarca de Cinco Villas fue tierra fronteriza. Primero entre cristianos y musulmanes, luego entre los reinos de Navarra y Aragon, y claro, todo esto se nota; el románico y el mudéjar, por las torres de los castillos que asoman a la que vas llegando a sus villas o los viejos palacios que te avisan de que estás en un lugar de reyes. Si habías pensado que lo de Sos «del Rey Católico» solo era una casualidad, que sepas que esta es la cuna de Fernando el Católico, que nació en este pequeño pueblo en la misma frontera cuando su madre escapaba de Navarra para dar a luz en tierras de Aragón. Lugar con historia, la que atesoran las Cinco Villas que dan nombre a la comarca: Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba, Uncastillo y Sos del Rey Católico.
- Tauste, la bienvenida a las Cinco Villas
- Ejea de los Caballeros, la capital y centro comercial de la comarca
- Sádaba, y su castillo
- Uncastillo, auténtico y románico
- Sos del Rey Católico, atalaya fronteriza y la joya de la corona.
Índice
Tauste, la bienvenida a las Cinco Villas
La entrada al territorio de las Cinco Villas la podemos hacer desde el sur (por la A-127 desde la N-232 o la AP-68), desde Zaragoza, y adentrarnos en un recorrido sur a norte de la comarca. La primera de las villas que nos dará la bienvenida será Tauste con su esbelta torre mudéjar de la Iglesia de Santa María, construcción gótica que aprovecha la torre de la mezquita preexistente. Paseando por su trama urbana heredada de los musulmanes van apareciendo otros de los monumentos reseñables como la Iglesia de San Antonio Abad (románica, y con mezcla de estilos, s. XII), que junto con la Iglesia de Santa María fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001. Otros son el Convento de San Jorge, la Casa de la Cámara (exponente del renacimiento aragonés) o los restos la judería.
Si quieres unas magníficas vistas sobre las Bardenas puedes acercarte al Santuario de Nuestra Señora de Sancho Abarca que se encuentra a pocos kilómetros (17,4 km). También cerca se encuentra el Yacimiento Arqueológico de Valdetaus (4 km de Tauste por la A-126), donde en una pequeña meseta se asentaron los primeros pobladores en una ciudadela ibérica que posteriormente fue ocupada por los romanos.
Ejea de los Caballeros, la capital y centro comercial de la comarca
El centro comercial y de servicios, la capital de la comarca. Podemos pasear por sus casco urbano para descubrir los resto de la antigua judería (la más importante de las Cinco Villas) y casonas de estilo aragonés construidas en los siglos XVI y XVIII. Visitar la iglesia con aspecto de fortaleza de Santa María (románica del siglo XII) y la del Salvador (románica del siglo XIII) con su torre almenada y un importante retablo del siglo XV.
En la cercana Valpalmas una visita obligada son los Aguarales de Valdemilaz, una zona arcillosa donde la erosión del agua ha originado unas curiosas formaciones. ‘Piping’ es el nombre que recibe este proceso erosivo y que deja en las Bardenas, las Bardenas Negras en este caso, unas misteriosas orografías que te atrapan.
Sádaba, y su castillo
Hoy es día de San José y en Sádaba sacan al Santo de la Iglesia de Santa María. La foto es con la procesión calle arriba, la torre de la iglesia al fondo y el Guardia Civil con su tricornio siguiendo la comitiva en una estampa que podría estar sacada de una película de Berlanga.
La joya de esta villa es su Castillo del siglo XIII, el de Sádaba, que mantiene intacto su porte de imponente fortaleza castrense. Situado sobre un montículo rocoso al otro lado del río. Podemos llegar cruzando el río y caminando o dejar el coche prácticamente en la misma puerta. Para visitarlo hay que pagar una pequeña entrada (2 euros adultos, 1.5 jóvenes y jubilados y niños gratis). Esto da acceso al castillo y a un visita guiada. Como nosotros no teníamos tanto tiempo hemos visitado el castillo por nuestra cuenta, a lo que ayuda los materiales audiovisuales que tienen instalados en una pequeña estancia. Aún se mantienen las tareas de restauración gracias a las aportaciones de los visitantes y a algunas subvenciones. Desde lo alto de las torres se ve la trama urbana de la ciudad medieval y sobresaliendo la torre de la elegante iglesia gótica de Santa María, uno de los ejemplos más bellos del gótico en Aragón. Cuando paseas por sus calles es inevitable preguntarte por qué en sus evoluciones urbanísticas no se ha priorizado mantener la esencia medieval y una estética más acorde que ayudaría a que la villa fuera algo más que un lugar de paso.
Uncastillo, auténtico y románico
Nuestro paseo por la villa comienza ascendiendo hacia lo alto de la Peña Ayllón donde se encuentran los resto del castillo (siglos XI-XIII) aún con las torres erguidas. En la torre del homenaje se encuentra un museo en el que se puede ver interesante contenido audiovisual sobre la evolución de las fortalezas medievales. La torre de vigía, la identificarás por su planta octogonal, se adosa a un palacete gótico del siglo XIV. Desde aquí tendréis una de las panorámicas del pueblo y de la Iglesia de San Martín (aquí se encuentra la oficina de información). Otra de las panorámicas de la villa se obtiene desde San Juan, justo enfrente de donde nos encontramos. En el exterior se hayan unas antiguas tumbas talladas en la piedra sobre la que se aposenta la iglesia. Uncastillo cuenta con varias iglesias románicas: San Martín de Tours, con su característica torre, acoge el Centro de Arte Religioso del Pirineo; Santa María la Mayor, en la entrada del pueblo, y que te detendrá para ver los detalles de su portada; y las de San Juan, San Lorenzo y San Felices. El deleite de caminar por las calles medievales llega al máximo cuando discurres por las laberínticas calles de la judería, verás algunas casas con las ventanas y puertas encaladas, como si aún hoy buscaran escapar de las enfermedades, y si te fijas en algunas puertas descubrirás grabada alguna cruz de familias que se convirtieron al cristianismo para no ser expulsados en 1492. Recientemente se ha recuperado parte de la antigua sinagoga (siglo XIII). Te encontrarás casas palacio como la renacentista Casa Consistorial, el palacio de Martín el Humano y la Lonja. Resumiendo, uno de los conjuntos monumentales más importantes de Aragón, y que personalmente me tiene enamorado.
En el término de Uncastillo se encuentran uno de los yacimientos arqueológicos romanos más notables de Aragón: Los Bañales. Foro, termas, restos de casas y los pilares de un acueducto de abastecimiento de agua que aún se mantienen intactos. Si quieres visitar la zona se encuentra a 15 km de Uncastillo, muy próximo a la localidad de Layana.
Sos del Rey Católico, atalaya fronteriza y la joya de la corona
Nuestra última parada se la reservamos a la cuna del Rey Fernando El Católico. “Se le llama Portal de la Reina, porque cuando iba a nacer Fernando el Católico su madre entro por esta torre”, nos cuenta Ángel, quien accede a hacernos un recorrido rápido por la villa. “Aquí hacían de prostitutas. ¿Habéis visto la película de la vaquilla? El 80 por ciento se grabó aquí.”, Ángel nos señala una callejuela en la que se filmo una escena de la película de Luis García Berlanga con actor principal Alfredo Landa, y que parece que causó revuelo en el pueblo. La callejuela empedrada se hace más estrecha, y empinada, para llegar al Palacio de Sada. Cuando Juana Enríquez iba a dar a luz se encontraba en Sangüesa y se desplazó a este Palacio a dar a luz, bien por que quería que tuviera raíces en Aragón, bien por que en esos momentos Navarra estaba en guerra civil. Aquí se encuentra la oficina de turismo y un espacio dedicado a “La Vaquilla”, para los más cinéfilos. Seguimos tras los pasos de Ángel caminando por la judería. En el plaza de la villa se encuentra el Ayuntamiento renacentista, y el soportal donde en el medievo se realizaba el mercado. Aún conserva la hendidura de la vara aragonesa, la medida de longitud que se utilizó en la zona hasta el siglo XIX. Más adelante nos encontramos a Berlanga sentado en su silla en el homenaje a “La Vaquilla” que hace el pueblo.
Y ya en lo más alto la torre del homenaje del castillo del siglo XII. La muralla defensiva rodea todo el perímetro, a veces visible a veces escondida entre los muros de las casas, con 7 portales que daban acceso al intramuro: el principal Portal de Zaragoza, que va a parar a la plaza de la villa, el de la Reina, de Uncastillo, Jaca, Sangüesa, Levante y Poniente o portal del Mudo. Si quieres ver el lienzo limpio de muralla acércate al Parador, en el extremo norte.
Mapa de la ruta en coche a la Comarca de las Cinco Villas
Una ruta en coche por la comarca de las Cinco Villas puede comenzar al sur, en Tauste, accediendo desde Zaragoza por la A-127 desde la N-232 o la AP-68, para luego ir visitando cada una de las villas que dan nombre a la comarca. El ambiente es tranquilo, el paisaje nos invita al sosiego y conforme nos adentramos en la comarca el sabor medieval de sus pueblos parecerá que nos teletransporta al pasado.