Las grutas pintadas del río Vero
Los acantilados del río Vero guardan huellas de un increíblemente antiguo pasado. En las paredes de las cuevas que se formaron con el paso del agua, las pinturas rupestres de seres humanos prehistóricos dan fe de su existencia y su paso por estas tierras.
La excepcional preservación de más de sesenta grutas decoradas con pinturas y grabados han sido distinguidas por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1998.
Museo al aire libre
El cañón del río Vero atesora un legado arqueológico digno de ser contemplado. Esta especial condición lo convierte en una suerte de museo de la prehistoria al aire libre.
El descubrimiento de las primeras pinturas lo realizó Pierre Mimvielle en 1969. Su trabajo fue seguido por Antonio Beltrán y luego una investigación sistemática que duró veinte años a cargo del Museo de Huesca fue dirigida por Vicente Baldellou.
Arte rupestre
Hay tres estilos clásicos de arte rupestre europeo: Paleolítico, Levantino y Esquemático. En las cuevas de los acantilados del río Vero se pueden encontrar ejemplos de los tres estilos.
Las manifestaciones artísticas más antiguas de la humanidad están catalogadas como Arte Paleolítico. Son representaciones pictóricas que muestran animales desaparecidos, viva imagen de las duras condiciones climáticas que reinaban en la tierra en los remotos tiempos de la última glaciación cuaternaria.
También pueden mostrar símbolos como manos, alineaciones de puntos y otros trazos de difícil interpretación.
En el barranco de Arpán, afluente del río Vero, se encuentra el único yacimiento conocido en Aragón con pinturas de este tipo, la cueva de la Fuente del Trucho. Las investigaciones demostraron que la cueva se utilizó como hábitat temporal en los meses menos fríos del año.
Las pinturas que guardan sus paredes están fechadas en torno al año 22 mil A.C. Incluso las últimas investigaciones señalan que podría tratarse de fechas más antiguas.
En excavaciones se han recuperado instrumentos tallados y restos de animales salvajes. En estos momentos no es posible visitar su interior pero existe una reproducción en el Centro de Arte Rupestre, en Colungo.
El arte rupestre levantino tiene una temática variada, que incluye figuras humanas y otros animales representados en forma dinámica. Se estima que fueron realizadas entre el 8.000 y el 3.000 A.C.
También en el abrigo de Arpán se encontraron ejemplos de los estilos levantinos y esquemático. El abrigo de Arpán fue el primer sitio en el que el equipo de especialistas del Museo Arqueológico Provincial de Huesca descubrió pinturas rupestres.
Mención aparte merece la imagen del cazador. Aunque se encuentra semiborrada, conserva algunos elementos característicos como la cabeza, trazos de un arco tensado, flecha, parte de un brazo y el carcaj. Por la posición de la pierna hacia atrás, el individuo se representó en movimiento.
También destaca una escena de cacería, que representa un cérvido encarado a un arquero en posición de disparar. Han perdido parte de sus rasgos por su increíble antigüedad.
El abrigo de Arpán tiene casi seis metros de profundidad. Todas las figuras son ocres y cuenta con servicio de visitas guiadas.