Cracovia, buscando al Dragón de Wawel

Cracovia, Poloniase va alejando conforme el avión va cogiendo altura, tras dos días de recorrer sus calles.

Cracovia, la ciudad del dragón (aunque no tengo muy claro aún esto), con su centro en la Plaza del Mercado. Una iglesia, de dos torres, donde cada hora un trompetista se arranca con una canción, que deja a la mitad, y saluda. Esto viene de atrás: desde esta torre se vigilaba la venida de enemigos a la ciudad y se daba la voz de alarma. La plaza debe su nombre a que aquí, como es de suponer, se vendía de todo, (obvio ¿no?)

Cracovia, Plaza del Mercado
Plaza del Mercado (Cracovia)

Está también el barrio judío. Importante en la ciudad. Antes de la Segunda Guerra Mundial Cracovia tenía entre su población un 25 % de judíos. Luego, llegaría la guerra, y los nazis… y todos sabemos: los trenes partían llenos de gente con destino el macabro campo de concentración de Auswitch, muy cercano a Cracovia. El barrio judío es como otra ciudad dentro de Cracovia. Sinagogas aparecen a la vuelta de cada esquina, dentro de la escena urbana que sirvió para el rodaje de la película de la La lista de Schindler.

Cracovia, Barrio Judio

Elevado sobre la ciudad, el Castillo Real de Wawel, en lo alto de la colina. Cuando Cracovia ostentaba la capitalidad del país, gozó de gran esplendor, luego, llegó el gran fuego que lo arrasó y entró en un declive que lo fue desmoronando. En los últimos siglos emergió de entre las cenizas, o las ruinas, como ave fénix, y hoy en día ha recuperado el tono (aún siguen restaurando, por lo que veo).

Ayer deambulamos por una Cracovia en la noche, mientras buscábamos algún garito peculiar, de estos que uno no tiene en casa. En la zona interior a las murallas, calles que se entrecruzan, soberbios edificios, iglesias, plazas, alguna estatua. Pasadizos de los que parten galerías que conducen a salas, con su ambiente bodeguero, en los que se sitúan los clubes; jazz, rock, tecno, lo que quieras, en ambientes enladrillados de lo más cool. Música en directo. “Ehh… Dos mojitos y un caipiriña”. Todo ello bañado en la noche.

“Ehh… Dos mojitos y un caipiriña” (Cracovia)

Esto es lo que ha dado de sí nuestras corta estancia en Cracovia. Me llevo de tarea indagar sobre la historia del dragón. Dentro de media hora llegaremos a Bruselas y habrá dado por finalizado el viaje por Eslovaquia & Polonia (un poco de Polonia).

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P.D.:
“Una leyenda atribuye su fundación al mítico gobernante Krakus, que lo construyó sobre una cueva ocupada por un voraz Dragón de Wawel. Muchos caballeros intentaron sin éxito desalojar al dragón luchando contra él, hasta que un zapatero llamado Dratewka le dio una oveja llena de azufre; el dragón se la comió, bebió el agua del río Vistula y estalló.” Qué haríamos sin la wikipedia.

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