Depresión postvacacional: cómo superarla
¡Ahhh! La vuelta a la realidad después de las vacaciones… Para algunos una auténtica tortura que les amarga la existencia y pasan unos días realmente malos. A mí, personalmente nunca me ha pasado, he tenido la gran suerte de trabajar siempre en lugares en los que me he encontrado cómodo y eso, sin duda, facilita la vuelta al trabajo.
Las vacaciones es el momento perfecto para relajarse, desconectar, olvidar a tu jefe, huir de los horarios, de los madrugones, del estrés, de las prisas, de dormir mal y poco, de no sé qué preparar para comer al día siguiente en trabajo, de llevar a los niños al colegio, de recoger los niños del colegio y mil historias más. Todo esto en vacaciones desaparece liberando nuestro cuerpo y mente de esta carga, pero tiene fecha límite y mucha gente siente auténtico terror a ese momento y lo pasa francamente mal los días previos y los días posteriores en los que vuelven al trabajo.
Esta ansiedad no es una enfermedad sino un proceso, en ocasiones complicado, en el cual debemos adaptarnos de nuevo a la vida laboral después de las vacaciones. La depresión postvacacional presenta signos muy similares a los de cualquier depresión: apatía, tristeza, irritación, insomnio y ansiedad.
Hoy quería compartir con vosotros algunas ideas y consejos que seguro os vendrán bien para facilitar esta vuelta y hacerla más llevadera. ¡Vamos allá!
- 1. Prepara la vuelta a casa con tiempo suficiente. Es importante que adelante unos días la vuelta a casa para ir adaptándote de nuevo a la rutina. Lo peor que puedes hacer es volver a casa el domingo a última hora e incorporarte el lunes. Te pasarás el día llorando.
- 2. Recupera tus hábitos o cámbialos por otros mejores. Ponte al día con los asuntos pendientes poco a poco y no intentes cubrir todo el primer día. Recupera los buenos hábitos y crea otros nuevos como dormir un poco más, alimentarme mejor, pasear todos los días un rato o reservar los domingos para nuevas experiencias. ¡Nada ilusiona más que los nuevos proyectos!
- 3. Dedica algunas horas a tu vida personal. Guarda siempre alguna hora al día para estar con la familia, los amigos, dar un paseo o leer tu libro favorito. No todo es trabajar e igual que te organizas con tu jefe debes hacerlo también para ti. ¡Oblígate a tener tiempo libre!
- 4. Intenta ver lo positivo de tu trabajo, todos lo tienen, aunque a simple vista no lo veas. Céntrate en estos aspectos.
- 5. ¡El mundo no se acaba! Tienes los fines de semana, los días libre, los días de fiestas y por supuesto, más vacaciones.
- 6. Si a las semanas de incorporarte sigues deprimido háztelo mirar. Sí, en serio, si realmente te encuentras mal deberás averiguar el motivo e intentar ponerle remedio. Sabemos que no es fácil pero quizás un cambio de trabajo podría ser la solución si es este el que te tiene atormentado/a.
Sabemos que muchos de vosotros volvéis ahora de vacaciones así que a pregunta es obligada: ¿Qué hacéis vosotros/as para llevar menor la incorporación al trabajo después de unas agradables vacaciones?
Foto portada: Tom Fischer (unsplash)