La resurgida Riga
Como está siendo norma en este viaje, aprovecho los aburridos ratos de autobús para dedicarme al arte de las letras y plasmar en unas líneas, lo que, más tarde, pueda llevarse el olvido. El autobús avanza camino de Tallinn, atrás ha quedado la frontera letona, y, a estas alturas, avanzamos, a muy buena marcha, por suelo de Estonia. Buen momento para hacer balance de lo que han dado de sí los dos últimos días en Riga.
La capital letona se encuentra en la llanura del río Dangava. Desde que, hacía siglos, comerciantes e invasores escandinavos usaban el pueblo pesquero de Latgal, situado donde hoy en día se halla Riga, la historia no ha sido piadosa con esta ciudad. Conforme la misma iba pasando de mano en mano: alemanes, suecos, rusos, de vuelta alemanes, rusos; sus edificios se desmoronaban por las contiendas y volvían a resurgir de entre las ruinas. Choca, el hecho, que algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad, como la Casa de las Cabezas Negras, hayan sido recientemente reconstruidos desde los cimientos, y cuentan con escasos años de antigüedad.
Dos días en esta ciudad han dado como para empaparse de su ajetreada historia, magnífico casco antiguo y bullicio cosmopolita. Perderse por sus coloridas calles y callejuelas, contemplar la ciudad desde el imponente chapitel de la Iglesia de San Pedro, visitar los museos de la guerra y de la ocupación, y constatar la historia tan trágica que ha vivido el pueblo letón; observar las líneas tan soviéticas que tiene la estatua de los fusileros, preguntarse si esto o aquello es a lo que se refieren como art noveau de Riga, alzar la vista sobre el Monumento a la Libertad, echar unas cervezas con la compañía de los zaragozanos que habían venido a la boda de un amigo y un etc, etc, que hacen que me vaya con muy buen sabor de boca.
La última señal marcaba 120 km a Tallinn, próxima parada. El autobús sigue su marcha y yo cierro estas líneas, leeremos algo del nuevo destino.
Post correspondiente a la serie «Periplo por los Países Bálticos”
1. Kaunas: primer día en Lituania
2. El momento
3. La barroca Vilna
4. El socialismo de Vilnius
5. La Colina de las Cruces
6. De playeo a Palanga
7. Klaipeda y el Istmo de Curlandia
8. La resurgida Riga
9. La medieval Tallinn
10. “Bueno gente, esto se está empezando a acabar…”
11. Narva: a cuatro brazadas de Rusia
12. Parque Nacional de Lahemaa: los bosques sobre el mar
13. Helsinki: última parada
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