Periplo por los Países Bálticos
El avión avanza sobre el Mar del Norte, atrás quedó el Mar Báltico, que tanto nos ha acompañado en las últimas dos semanas, y que tanto recordaremos.
Lituania, Letonia y Estonia, ex repúblicas de la hoz y el martillo, que abrazaron a Europa, y parece que no les está yendo nada mal. Puede ser, que hace unos años no estuvieran tan europeizadas, y durante el dominio soviético, que vamos a pensar; pero, aún hoy, tienen sus rasgos, propios de la historia turbulenta que les ha deparado el destino, y merece la pena conocerlos antes de que se extingan. Les tocó de lleno la Segunda Guerra Mundial, y sus ciudades tuvieron que resurgir de los escombros; sus gentes, renacer.
Recorriendo Lituania: de la mafiosa Kaunas a la barroca Vilna; luego, rumbo a la costa, pasando por la inquietante Colina de las Cruces. La bulliciosa y masificada Palanga, la insípida Klaipeda y el curioso Istmo de Curlandia.
Rumbo a Letonia: la resurgida Riga, y esa alma que atrapa.
Levando anclas y dirección norte, Estonia: la medieval Tallin y el Viejo Tomás; la rusa, aunque en Estonia, Narva; el declive del complejo vacacional de Narva-Joessu, y su lado fascinante; los bosques sobre el mar en el Parque Nacional de Lahemaa.
Cruzamos el Báltico y última parada de este tren: Helsinki.
Esto se acabó, el avión ha comenzado a descender, ya se ve Londres a lo lejos. Será una pequeña escala para llegar a casa.
1. Kaunas: primer día en Lituania
2. El momento (by García)
4. El socialismo de Vilnius (by García)
7. Klaipeda y el Istmo de Curlandia
10. “Bueno gente, esto se está empezando a acabar…” (by García)
11. Narva: a cuatro brazadas de Rusia
12. Parque Nacional de Lahemaa: los bosques sobre el mar
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