Aínsa, en Huesca
Aínsa es un pueblo de los Pirineos que está situado estratégicamente en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, sobre un promontorio rodeado de murallas desde donde se domina todo el entorno. Es un magnífico ejemplo de urbanismo medieval y un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza y la historia.
Pertenece a la provincia de Huesca, en la Comunidad Autónoma de Aragón (España), y ofrece a los visitantes muestras de la arquitectura, el arte y la cultura de varios siglos. Es también el punto de partida ideal para descubrir los cañones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara y el Parque Natural Posets-Maladeta.
Situado a unos 119 kilómetros de su capital de provincia, Huesca, en Aragón, el pequeñito pueblo pirenaico de Aínsa es otro de los rincones de toda nuestra geografía española dignos de visitar, precisamente por su encantador casco antiguo y su arquitectura, la cual se ha conservado de forma muy fiel con el paso de los años, otorgándole a la villa el aspecto medieval que hoy en día vemos.
El primer punto a visitar sería, casi sin lugar a dudas, su plaza Mayor, declarada Monumento Artístico. Al parecer, nos encontramos ante la única plaza mayor medieval que aún conserva sus construcciones originales de manera íntegra, lo que la hace de especial interés.
Su castillo es también otro lugar digno de contemplar, ya que forma parte de la historia de la villa. Dicha fortaleza fue construida en el siglo XVI, aunque hoy en día tan sólo encontramos de ella la torre de base pentagonal y un muro que la comunica con el ángulo sureste.
Otros lugares de interés son la iglesia-Colegiata, románica del siglo XI, la Cruz Abierta, una peculiar construcción levantada para honrar la aparición milagrosa de la Cruz de Sobrarbe, el Museo de Oficios y Artes Tradicionales, y el Ecomuseo Luis Pallaruelo.
Índice
Historia
En el año 724 los cristianos que huyeron del dominio musulmán se reunieron en Aínsa para emprender la Reconquista. Cuenta la leyenda que las tropas cristianas, dirigidas por Garci-Ximeno, consiguieron ganar la batalla gracias a la misteriosa aparición de una cruz luminosa sobre una encina, que les dio el coraje que necesitaban para recuperar la ciudad.
Existe documentación que constata que, ya en el siglo XVII, la Corona subvencionaba la representación de esta leyenda. Hoy en día se realiza el último domingo de agosto todos los años pares en la Plaza Mayor y se conoce con el nombre de “La Morisma”. Los actores son vecinos del pueblo y la comarca. Es un espectáculo que vale la pena presenciar.
Se sabe que de los siglos XIII al XV, la villa de Aínsa recibió un gran número de privilegios de parte de diferentes monarcas ya que fue un lugar de gran importancia comercial.
Monumentos
El casco histórico de Aínsa fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965. En él destacan los siguientes monumentos:
El Castillo de Aínsa
Data de los siglos XI a XVII. Se trata de una obra de varios siglos que conserva muy pocos elementos del original edificio románico.
La Iglesia parroquial de Santa María
Iglesia románica iniciada en el siglo XI y finalizada en el XII. Su torre, de dimensiones únicas en el románico aragonés y con saeteras para la defensa, hace imprescindible su visita.
La Plaza Mayor
Presidida por el edificio del ayuntamiento y abierta al castillo, se rodea por soportales en ambos lados. En estos soportales se ubican prensas comunitarias en las que se realizaba la prensa de la uva.
La Ciudadela
Ubicada en el noroeste del casco urbano, su origen es una torre pentagonal. Fue construida a mediados del siglo XI y formaba parte del sistema defensivo frente al peligro musulmán.
Turismo de aventura
Ansía es uno de los territorios de referencia para la práctica de la bicicleta de montaña. De hecho, es la sede del centro BTT Zona Zero Pirineos que ofrece a los aficionados a este deporte 60 rutas de distintos tipos y con diferentes grados de dificultad.
También es un buen lugar para practicar senderismo, alpinismo, escalada y rafting.
Si vas a viajar a los Pirineos, asegúrate de incluir a la villa de Aínsa en tu itinerario. No te vas a arrepentir.