Ribesalbes y el Embalse de Sitjar
El domingo pasado estuvimos en Ribesalbes, un pueblo de unos 1.300 habitantes, donde hicimos una ruta sencilla pero de gran belleza ya que, prácticamente todo el recorrido se hace por la orilla del río Mijares, el embalse que recoge el agua de dicho río y alguna zonas de bosque. Te invitamos a descubrir esta hermosa zona donde se esconden algunas agradables sorpresas.
RIBESALBES
Conozcamos antes el pueblo, que nunca viene mal conocer algún dato de los sitios donde vamos. Ribesalbes era junto a Berita y Trucelles una pedanía de Onda (otro pueblo con el que pasaremos con el coche), y tras la conquista cristiana del Rey Jaime I, fue dada a poblar a Guillermo de Pau en 1235. Está unido a la producción cerámica que recoge la tradición árabe y se ve favorecida a partir del s. XVIII por la fundación en l’Alcora de la Real Fábrica del Conde de Aranda. Desde entonces se vienen fabricando piezas cerámicas tanto de forma artesanal (varios talleres se localizan en la población) como industrial.
Entrando en el núcleo de la población podemos visitar la Iglesia Parroquial del s.XVIII, acercarnos a ver el Acueducto del s.XIX y subir paseando hasta la Ermita del Calvario, desde donde hay una bonita vista panorámica de la población. El municipio tiene una superficie de 8´44 Km2 y es bastante accidentado, su núcleo se ubica en la ladera de una montaña junto al río Mijares por donde haremos nuestra ruta de hoy.
La forma de llegar es bien sencilla. Una vez estemos en Castellón tomamos la CV-189 hasta llegar a Ribesalbes, justo después de pasar por Onda. Cualquier GPS te llevará sin problemas el pueblo.
DATOS DE LA RUTA
- Circular: Si
- Distancia total: 11 Kilómetros (ida)
- Dificultad: Fácil
- Nivel acumulado: 454 metros
- Lugar de inicio: Ribesalbes
LA RUTA
El primer tramo del recorrido transcurre por la ribera del embalse de Sitjar, que con las abundantes lluvias de este invierno tendremos un aspecto y vistas impresionantes. Una vez en el pueblo nos dirigimos hacia el colegio público que quedará a nuestra derecha y continuamos caminando hasta llegar a un parque lleno de árboles a la orilla del embalse.
La ruta como hemos dicho arriba transcurre prácticamente en todo momento por la ribera así que no es difícil perderse. Seguimos un sendero que asciende levemente y comenzamos a tener una hermosas vistas del pueblo y el embalse. En verano y con el buen tiempo es fácil ver gente practicando deportes de aventura como el paseo en barca, piragua o kayaks.
Seguimos ascendiendo y tomando altura hasta ver a lo lejos una planta de reciclaje y una depuradora. Nos acercamos a la primera y continuamos el camino por la carretera hasta pasar por la maloliente depuradora. Si seguimos el camino, a unos 200 metros este se acabará en una rotonda. ¿Ya se ha acabado la ruta? ¡NO! Llegamos a la rotonda y detrás de esta, casi oculto, veremos de nuevo el sendero que comienza a descender (no confundir con una carretera de tierra que comienza unos metros antes y no acaba en ningún sitio).
El camino se vuelve estrecho pero es de gran belleza ya que transcurre a la orilla del embalse y se muestra en todo su esplendor. Un buen momento para hacer bonitas fotos y dar envidia a tus amigos. Este es un lugar perfecto para almorzar y hacer un descanso.
Continuamos el sendero y este volverá a subir por una zona abrupta. Esta es una de las partes más bonita que tiene esta ruta así que no guardéis la cámara en ningún momento. Nosotros tuvimos suerte y nos tocó un día soleado con un cielo intenso como se puede apreciar en las fotos. Tras un rato subiendo… vuelve a tocar bajar. Esta vez el camino es un poco más fácil y hasta nos encontraremos con algún que otro escalón de madera.
Llegamos hasta el nivel del agua del embalse. A nuestra derecha veremos una pequeña carretera de cemento. Debemos seguir por aquí durante un rato. A nuestra derecha queda el embalse al que nos acercaremos varias veces para hacer fotos.
La carretera se convierte en un sendero de nuevo entre pinos y arbustos en el que tras un rato caminando acabará transcurriendo paralelo a la carretera. Desde este lado del embalse podremos ver dos pequeñas islas en mitad del embalse. ¡Nos moríamos de ganas de ir hasta allí!
Seguimos caminando por el sendero, siempre paralelos y cerca de la orilla. Tras meternos en una lengua dentro del embalse veremos que el camino comienza a ascender. Subiremos de forma intensa pero es muy corto, así que no os preocupéis. Este tramo del sendero acabará en una amplia pista forestal al lado de la carretera que debemos coger hacia la izquierda.
Esta carretera nos llevará de nuevo a Ribesalbes. El camino es igualmente agradable dejando bonitas vistas del entorno y el embalse. Tras media hora caminando, aunque esto depende el ritmo de cada uno, llegaremos al pueblo. Como habréis es una ruta sencilla que no os debería llegar más de 4 o 5 horas.
Embalse de Sitjar, Ribesalbes. Foto: Pelayo2 (Wikimedia Commons)